Aparte de la ventaja estética que proponen las coberturas textiles, se convierten en auténticos climatizadores y ahorradores de energía, poseen un excelente nivel de aislamiento térmico, a la vez de ofrecer protección frente a las variaciones climáticas, tanto en verano como en invierno ahorrando entre 30 y 70% en calefacción y aire acondicionado.
La fachada textil puede ser implementada en cubierta como envolvente total o parcial, como fachada ventilada, segunda piel en un muro cortina o como protector solar con aplicaciones como la impresión y la retroiluminación.